Paola Schietekat, una mexicana que trabajaba en Doha en la entidad responsable de organizar el Mundial, después de haber denunciado una agresión sexual a manos, según la propia protagonista, de “un integrante colombiano de la comunidad latina en Qatar”. fue condenada a 100 latigazos.
Así lo narra ella misma en una carta pública en la que denuncia el trato que recibió por parte de las autoridades qataríes, que no sólo no la protegieron ante la supuesta agresión, refrendada por un certificado médico, sino sobre todo porque la acusaron de relación extramarital, algo que en Qatar está penado con hasta siete años de cárcel y, en algunos casos, con 100 latigazos.
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El caso se descartó por la declaración del acusado y “porque no había cámaras que demostraran la agresión. Creyeron que él tenía una relación conmigo”, ha afirmado Paola Schietekat.
Ante la incredulidad de todo lo que acontecía, los abogados de la mexicana le ofrecieron una solución que dejaría a más de uno boquiabierto: casarse con su supuesto agresor. Schietekat, naturalmente, dijo no y escapó del país qatarí, donde los cargos contra ella siguen vigentes, aunque, a priori, el próximo 6 de marzo el juez dictará sentencia sobre el caso.