En el Cementerio General de la ciudad capital, se desarrolló una conmovedora historia protagonizada por dos graduados que llegaron ataviados con sus togas para rendir homenaje a un ser querido. A medida que se acerca el Día de Todos los Santos, los sentimientos, las historias, los recuerdos, las tristezas, las alegrías y las memorias se intensifican.
Frente a la mirada curiosa de varias personas, dos hermanos, Brandon y Odalis de apellidos Reyes Hernández, se dirigieron al camposanto vestidos con sus togas de graduación y diplomas en mano. Con esmero, decoraron un nicho y luego rindieron homenaje a la memoria de su abuela, quien en vida fue una figura querida.
Su visita al cementerio marcó un momento especial en sus vidas, ya que los hermanos Reyes Hernández, huérfanos desde temprana edad, fueron acogidos por Blanca Leticia Hernández, a quien cariñosamente llamaban “mamá”. “Lamentablemente, nuestra madre no pudo estar presente hoy”, compartieron.
El sábado 28 de octubre fue el día de su graduación, y decidieron tomarse una fotografía con su abuela para recordarla y honrar su legado. A pesar del tiempo transcurrido desde el fallecimiento de su abuela, la siguen viendo y visitando en la tumba, recordándola como la madre que fue para ellos.
La historia de Brandon y Odalis Reyes Hernández en el Cementerio General es un recordatorio conmovedor de la fuerza del lazo familiar y la importancia de honrar a aquellos que han marcado nuestras vidas. Su gesto de rendir homenaje a su abuela, a pesar de su ausencia física, refleja la perdurabilidad del amor y la gratitud. Que su mensaje inspire a los jóvenes guatemaltecos a trazar sus propios caminos con determinación y a enfrentar los desafíos con la convicción de que, incluso en la adversidad, se pueden tomar decisiones correctas y alcanzar metas significativas.
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