Lejos, pero muy lejos están aquellas románticas estampas que tanto identificaron la cultura e idiosincrasia del pueblo sanjuanero. Flores, trajes típicos, familias recorriendo nuestras calles pero, con una característica, ¡la tranquilidad, paz y felicidad!
¡Así es sanjuanero! Haciendo cuentas, estas románticas estampas fueron borradas poco a poco, hará unos 10 – 12 años. Primero, fuimos invadidos por mentes foráneas, perversas que, con su veneno, trajeron la conflictividad, armaron y formaron las rondas, que funcionaron con el supuesto de resguardar la seguridad, pero lo que pasó fue que cambiamos de un modelo de inseguridad a otro peor.
De esos grupos quedan pocos. Y aunque ahora se podría decir, tienen justificación al enfrentar el padecimiento de la delincuencia común, es otra la conflictividad: ¡la de los grupos o bandas de narcotraficantes!
Pero, ¿Cuándo ingresaron a territorio sanjuanero los narcotraficantes? Ver gente armada a plena luz del día, con su arrogancia y sus carros de lujo, el despotismo que les identifica y caracteriza, dio inicio unos 10 años atrás y dentro de la cual destaca un nombre: Juan Carlos Pellecer Carlos, el mismísimo hijo del actual alcalde Sanjuanero.
El cual fue detenido el 25 de septiembre de 2021, en el kilómetro 181 de la Ruta Interamericana, jurisdicción de Tecpán, Chimaltenango. En el picop en que se transportaba, un agente canino de la Policía Nacional Civil (PNC) dio con 25 kilos de cocaína que llevaba escondidos en una caleta de doble fondo y por lo que fue sentenciado por NARCOTRÁFICO y purga una condena de a 12 años de prisión.
La droga incautada al hijo del actual alcalde de San Juan Sacatepéquez, en ese entonces candidato por el partido político Todos, de Luis Felipe Alejos, tenía un valor estimado de Q 2.5 millones de quetzales. ¿Cuánto no amasaron en los casi 10 años de traficar cocaína a través de San Juan Sacatepéquez?
A Juan Carlos Pellecer Carlos, en el 2021, le correspondió el número 40, de los 69 capturados con fines de extradición; su detención facilitó el dar a los pocos días, con uno de sus socios, Miltón Iván Prado Cordón, alias “Tiki” y luego, con la de Marta Julia Lorenzana Cordón, la número 64 de dicho listado. Las investigaciones identificaron su guarida: Ciudad Quetzal.
¡Más claro, imposible!, así es pueblo sanjuanero. O acaso, ¿no han bastado los indicios de tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito, asociaciones ilícitas, malversación de fondos, etc., para identificar el porqué se está perdiendo la juventud sanjuanera?, ¿por qué se está perdiendo nuestra identidad y estabilidad familiar?, ¿por qué no se atienden las verdaderas necesidades de nuestro pueblo?
La relación entre el narcotráfico y la política local es una amenaza fatal para la estabilidad, la seguridad y el desarrollo de nuestras comunidades. Combatir este problema requiere que la sociedad civil asuma su rol protagónico y elegir funcionarios públicos capaces y honestos, sin vínculos con el narco, para que ejerzan una función con transparencia y puedan construir una sociedad más justa y segura para todos, de lo contrario seguiremos de mal en peor.